de Tirso de Molina
Dirección: Fernando Urdiales
Todos los
personajes mienten en el ámbito de esa Babel que es
la corte madrileña. El amor es aniquilado por los
intereses egoístas de los padres, secundados por sus
hijos, galanes casamenteros, no menos avariciosos. Como
contraste, las mujeres, verdaderas protagonistas de la obra,
actúan con valentía e inteligencia. Don Gil, o
sea, Doña Juana, defiende a lo largo de esta
divertida comedia el derecho a fabricar su propio destino,
aun a costa de vengarse con saña de su burlador.
|